A pesar de ser un elemento indispensable para la vida, el agua recién fue reconocida como un derecho humano por las Naciones Unidas, en el año 2010. Desde entonces, por lo menos en los ámbitos simbólicos y académicos, se han acelerado los procesos de discusión y búsqueda de soluciones, pero no de la misma manera, en los ámbitos políticos, o de toma de decisiones.
Los problemas del agua son reales y lo reflejan todos los medios de comunicación (campañas, reclamos, etc.), pero a diferencia de otros problemas sociales, tienen a los gestores del agua (empresas, gobiernos, y entes reguladores) haciendo verdaderas campañas donde apuntan contra los que efectivamente padecen los problemas.
Los discursos de estas campañas esconden problemas políticos de fondo y utilizan datos técnicos manipulados por los especialistas de la comunicación. El ejemplo más concreto en Salta, es la campaña que realiza Aguas del Norte para disminuir el consumo de agua per capita, con su simpático personaje, “Grifo”.
Tal campaña parte de la concepción de que los problemas del agua ocurren porque es un recurso escaso, y que por lo tanto, no alcanza para todos. En efecto, para esta postura lo único que se puede hacer es ahorrar.
Otro ejemplo de manipulación extrema es el discurso que directamente pretende excluir en la búsqueda de soluciines al ámbito político. En un evento organizado por el Ente Regulador de Servicios Públicos, el pasado 22 de Marzo, fue defendido por quien fuera el presidente de su directorio durante varios años, Daniel Mauro Nallar.
En un momento de su exposición deslizó un punto de vista donde afirmó que una solución a los problemas del agua sería quitar el poder de decisión de las obras públicas al ámbito político. Dio ejemplos para convencer de su postura, explicando la baja rentabilidad electoral que tienen las obras de agua y saneamiento. Como era de esperarse, semejante afirmación envalentonó a una oyente para gritar que también debían frenarse las inmigraciones.
En el mismo evento, se habían producido otras exposiciones con conclusiones totalmente distintas. Curiosamente, fue un científico el que afirmó que las soluciones a los problemas del agua debían venir del ámbito político, ya que las soluciones técnicas existen, e incluso algunas no requieren de grandes financiamientos. El que defendió esta postura fue el reconocido doctor en Ciencias Ambientales, Lucas Seghezzo.
Argumentar a favor de la política para resolver los problemas del agua, es fundamental si los responsables de la gestión se intentan escudar en la falta de soluciones técnicas, en la ausencia de financiamiento o falta de conciencia social. Los problemas del agua requieren de la política, pero no de un fracasado sistema de gestión que manipula la información y niega el control popular.