Pese a realizar campañas que promueven un uso racional del recurso, la propia empresa reconoce que más de la mitad se desperdicia por roturas y sigue desoyendo las advertencias judiciales por su responsabilidad en la contaminación del río Arenales.
Mientras desde la propia Aguas del Norte reconocen que en Salta el 50% del agua potable se pierde por las roturas de cañerías, la empresa lleva adelante una campaña de concientización en redes sociales bajo el título “Cada gota cuenta”.
Lo loable de la campaña, que convoca a tomar duchas breves y a lavar los vehículos con baldes a fin de ahorrar el escaso recurso, contrasta con el accionar de una empresa que lleva décadas sin responder a las necesidades más urgentes de la provincia.
Con obras tercerizadas a medias e incluso mal ejecutadas, cientos de calles devenidas en arroyos en los barrios de la ciudad evidencian la desidia e inoperancia de una gestión que no tardó en aplicar tarifazos, pero que permite que cientos de salteñas y salteños no cuenten con el recurso, a la vez que otros deben dedicar varias horas a realizar reclamos a la espera de cuadrillas que brinden alguna solución.
Por otro lado, y a falta de plantas depuradoras, los desechos cloacales de gran parte de la ciudad son volcados en el agua del río Arenales sin ningún tipo de reparos, en medio de anuncios de obras que jamás llegan a concretarse y de advertencias judiciales a Aguas del Norte que corren la misma suerte.
De la misma forma, la empresa que lleva adelante hoy Ignacio Jarsún fue denunciada por autorizar la instalación de servicios cloacales en el barrio privado Jardines de San Lorenzo, en San Lorenzo Chico, agravando la situación de contaminación de la Subcuenca Arias-Arenales. Finalmente, parece ser que cada gota no cuenta tanto.
S.D.F.
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