Pese a la fortuna que se gastó y al tiempo que lleva la obra, la Municipalidad liberó una parte de las reformas que se ejecutan (todavía) sobre calle Zuviría. Papelón en tiempos de Milagro.
Finalmente, la promesa de terminar las obras en Plaza 9 de Julio antes de las celebraciones del Milagro no se cumplió: la Municipalidad de Salta no pudo terminarlas, pese a la fortuna que salió y al tiempo que lleva.
Ayer, los peregrinos que llegaron desde distintos pintos de la provincia veían cómo la plaza principal de los salteños todavía, tenían chapas, vallas y las obras, evidentemente, inconclusas.
En la esquina de calles España y Zuviría se pueden ver los cerámicos nuevos que se colocaron como parte de las refacciones, pero cuando uno se dirige por Zuviría hasta Caseros, un enorme tramo de la vereda no tiene las baldosas, sino que es contrapiso y cemento, sobre el cual colocaron algunas carpas y tiendas con el logo del municipio.
La polémica estuvo instalada desde el principio, cuando, en pleno receso invernal, la Intendencia decidió cerrarla para terminar a tiempo con las obras y llevar al Milagro sin problemas. Además, aseguran, las partidas terminaron siendo el doble de los presupuestado inicialmente. Por la suba inflacionaria, la obra pasó de costar 120 millones a 250 millones.
En relación a las demoras, desde el municipio explicaron que desde nación se demoraron partidas y que el proceso inflacionario también demoró la obra.