La ex Jefa de Policía, Norma Morales, dejó la institución en medio de un escándalo mayúsculo en el manejo de recursos internos. No pudo transparentar el manejo de las cajas y dejó expuesta la inacción cómplice del ministerio.
En la policía existe un régimen disciplinario estricto y severo que se aplica de modo vertical desde la superioridad. Esto, claramente, no significa transparencia, sino todo lo contrario.
Una prueba de ello fue cómo se manejó la superioridad respecto a una grave denuncia sobre malversaciones en el club policial La Almudena, una institución aparentemente usada para desviar fondos públicos y mutuales, en beneficio de los jefes superiores.
La denuncia del comisario José Vicente Quiroga, quien había sido designado como jefe del Complejo Social y Deportivo La Almudena, salpica a la exjefa de policía y a su predecesor, con sus respectivos integrantes de la plana mayor. Una vez conocida la misma y sin que tome estado público, comenzó una represalia manifiesta en contra del denunciante por parte de las autoridades.
A fines de 2019 y a poco de asumir en el Complejo Social y Deportivo Almudena, un lugar de esparcimiento que tiene la fuerza policial, el comisario Quiroga empezó a enumerar graves irregularidades. En varias oportunidades liberaban fondos que luego no se correspondían con la obra en cuestión; policías que estando de servicio en Almudena no se presentaban en su lugar de trabajo, en connivencia con superiores se hacían firmar constancias de ingreso y salida en el libro de guardias; utilizar herramientas o bienes del Complejo para obras particulares de los policías; dudoso destino que tuvo una enorme cantidad de ladrillos (más de 25.000) y otra gran cantidad de hierros, entre otras irregularidades.
El desvío de fondos es sin dudas un hecho delictivo grave, pero no es menor la denuncia sobre efectivos policiales que debían prestar servicios en el lugar y no lo hacían. Abre la sospecha sobre la disponibilidad para alguna tarea ilícita o bien, el cumplimiento de consignas adicionales pagas con policías en funciones.
La fuerza de seguridad provincial se pierde un cuadro teórico, formado en el nivel superior durante años como el licenciado José Vicente Quiroga, con el sólo afán de defender la caja negra de sus negociados.
La ex Jefa de Policía se fue sin dar explicaciones. Conocía la situación de manera pormenorizada y sus únicas decisiones no fueron otras que una seguidilla de más de diez traslados a modo de represalia contra Quiroga.
Por el lado de la secretaría y el ministerio de Seguridad tampoco se avanzó. La respuesta cómoda de dejar que intervenga la Auditoría o la fiscalía a cargo, resulta ser una respuesta evasiva porque tanto la policía como el ministerio, tienen la posibilidad de iniciar un proceso administrativo interno que debe servir para clarificar, no para encubrir y castigar a quien denuncia.
Entre tantos desaciertos del Coronel Pulleiro, este es uno de los más elocuentes porque puso al descubierto que es incapaz de intervenir en asuntos de gravedad.