El ministro de Trabajo terminó de sellar un entendimiento con la central sindical.
El compromiso es que cualquier cambio será por consenso.
El Gobierno y la CGT consagraron ayer una alianza de conveniencias mutuas que desembocará en retoques puntuales sobre la legislación laboral. La visita del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a la sede de la central sindical implicó un compromiso oficial de no promover una reforma integral al estilo de la brasileña, pero sí un acuerdo en torno a un blanqueo laboral amplio, que a pedido de los dirigentes podrá incluir la participación de los gremios en la fiscalización del empleo informal. Los otros dos ítems sobre los que hubo consenso fueron la creación por ley de una agencia revisora de tratamientos médicos y de un nuevo sistema de pasantías, según publicó Ambito.com
«Brasil no es un espejo para la Argentina», dijo Triaca. Para haber sido un encuentro que prometía apenas una foto la visita dejó más que satisfechos a funcionarios y dirigentes. Fue la culminación de una gestión de acercamiento entre ambas partes tras sucesivas fricciones y que incluyó una garantía del Gobierno de avanzar en modificaciones sólo por consenso.
Triaca se hizo acompañar por su viceministro, Horacio Pitrau, por el superintendente de Servicios de Salud, Sandro Taricco y el jefe de Gabinete de la cartera laboral, Ernesto Leguizamón. De la CGT fue la gran mayoría de su Consejo Directivo encabezado por el triunvirato Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y fueron notorias las ausencias de los hermanos Pablo y Facundo Moyano, hijos del camionero Hugo Moyano, así como de un puñado de dirigentes que reporta al mismo espacio. Se trata del sector que más alentaba una confrontación con el Gobierno hasta antes de la tregua.
Hubo un compromiso del ministro de no seguir los pasos de Brasil, que flexibilizó al máximo su legislación laboral y dejó inermes a los sindicatos.
Algunos puntos
Cerca de Triaca confirmaron anoche que el Gobierno está dispuesto a convalidar esa posibilidad más allá de la previsible negativa del sector empresario. La consigna de la iniciativa será «informalidad cero».
Otro tópico sobre el que se avanzó fue la constitución de un nuevo esquema de pasantías, que buscará desmarcarse del mecanismo extendido en la década del 90 y que en este caso llevará la denominación de «prácticas formativas.
El tercer rubro de consenso fue la próxima creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías de Salud, un órgano que deberá intervenir en los casos de controversia entre las prestadoras del sector (obras sociales, prepagas u hospital público) y los pacientes que resolvieran acudir a la Justicia para demandar tratamientos o remedios no previstos. En este aspecto surgió la otra novedad: luego de haber amagado con fundarla por decreto, el Gobierno apelará a la renovada alianza con la CGT para concretarla por ley antes de fin de año.
El resto del encuentro discurrió hacia alternativas de una vaga participación gremial en las discusiones de la Argentina por acuerdos económicos con otros países o bloques regionales, y de la CGT en encuentros que habrá sobre trabajo infantil y empleo joven.
No se habló de medidas de fuerza
No hubo alusiones al plan de lucha que Schmid había anunciado en el acto del 22 de agosto en la Plaza de Mayo y que debía discutirse en el Comité Central Confederal del 3 de octubre. Ningún dirigente hizo saber ayer que esa posibilidad estaba vigente. La curiosidad la aportó la jefa del gremio de modelos, Noé Ruiz, que se asumió por un lado como una aparente minoría en el Consejo Directivo por su condición de mujer pero al mismo tiempo como representante del género. Sus pares, habituados a discusiones políticas o de números, no terminaron de comprender la intervención.
Fuente: El Tribuno