El ministro de Salud Juan José Esteban llegó en la mañana del lunes al Hospital Juan Domingo Perón en medio de una ruidosa y nutrida protesta en otro día más de paro de enfermeros y auxiliares que trabajan en negro.
Abriendo paso entre pacientes sin atención y manifestantes sin solución, Estaban ingresó al edificio para poner en funciones a la nueva gerenta y detrás suyo, el actual secretario de Salud Facundo Humacata, hijo del fallecido secretario Sergio Humacata.
Facundo Humacata logró sobreponerse a una seria denuncia por violencia de parte de su expareja y si bien la causa no avanzó en el plano judicial, tampoco se dispuso en su momento un sumario administrativo. Tras ello, su presencia en Tartagal fue interpretada e incluso hasta anunciada como un reemplazo a la vacancia en la gerencia, pero en el lugar designaron a una mujer, la médica Lorena Torres.
En Joaquín V. González
Durante el fin de semana se supo de otra renuncia en el Hospital Juan H. Costas de Joaquín V. González. Se trata del nosocomio de cabecera del extenso departamento Anta.
Si bien el apartamiento de Acuña es muy distinto al de Payo, el denominador común es la improvisación en la gestión de Salud y una injustificada espera hasta que los problemas detonen para encarar algún principio de soluciones.
«Asumí mi conducción en medio de un conflicto serio, de irregularidades en el funcionamiento del Ministerio de Salud, con gente contratada, no contratada, gente con precariedad laboral, con una población hospitalaria insuficiente, falta de especialistas, recursos humanos, falta de elementos indispensable para el normal funcionamiento de un Hospital», dijo Acuña al retirarse.
Tras ello, indicó que Salud Pública se comprometió con regularizar estas situaciones y mejorar las condiciones, sin embargo pasaron «tres Ministerios, una pandemia, un hospital a medio construir con capacidad limitada, sin especialistas, con contratados que no existe la seguridad de que pasen a planta permanente, sino que existe la posibilidad de que se queden sin fuentes de trabajo. Le pusimos el pecho al hospital, un hospital pobre con un ministerio mal organizado, sobre todo por la organización de hospitales del interior».
La habilidad de una crítica apoyada en hechos concretos, fue un contraste con informes sobre serias irregularidades administrativas por parte de Acuña, quien es además es el presidente del Círculo Médico de Anta y en esa condición, su interés se habría recostado más en lo privado que en lo público.
Un ministerio desorganizado con hospitales desorganizados son un cóctel explosivo que amenaza toda una gestión que, paradójicamente, puso la Salud Pública como una prioridad.