La renuncia del presidente del COE, deja expuesta una postura parcial que tiene que ver -de acuerdo a su carta-, más con cuestiones ideológicas y partidarias que con una realidad sanitaria provincial que por cierto pasa por un momento muy delicado.
Tras la polémica por la conmemoración del Bicentenario, Aguilar tomó partida y hasta llegó a extralimitarse en sus funciones como presidente de un organismo colegiado y conformado a los fines específicos de gestionar la Emergencia Sanitaria.
En primera instancia hay que tener en claro que la principal causa de la renuncia (no indeclinable) de Aguilar fue la llegada de militantes de organizaciones políticas kirchneristas hasta el hotel y el monumento. Sin embargo, no hubo en esa columna ningún tipo de atropello ni avalancha para alcanzar el lugar al que llegaron, por el contrario, hubo una decisión de Seguridad para que avancen y lo admite el propio médico en su nota.
Sin embargo, la preocupación epidemiológica de Aguilar no es la misma para la otra manifestación de repudio a la visita presidencial cuya concentración tuvo lugar en Avenida Bicentenario y Paseo Güemes. Tampoco le generó preocupación la convocatoria de gauchos y salteños indignados del jueves por la tarde.
“No renunció por las fiestas clandestinas, que suceden semana a semana en la provincia, tampoco por el antecedente que dejó el gran baile que hizo Kevin Benavides para festejar su triunfo en el Dakar, pero sí decidió irse porque 60 militantes entraron a saludar a Alberto Fernández”, comentó uno de nuestros lectores con sagacidad. A ello se le podría agregar que tampoco se rasgó las vestiduras ante las manifestaciones opositoras y anticuarentena de 2020 y 2021 que casualmente tenían el monumento a Güemes como punto de encuentro.
¿Está mal adherir a una posición ideológica? Por supuesto que no. Pero en circunstancias como las de este presente crítico, debe prevalecer el sentido común. Como ya lo señalamos, desde el COE se comentó que Pancho Aguilar, en mayo, se negó a suspender la presencialidad escolar en el sur de la provincia con la excusa de no alinear a Salta con Kicillof (!!!).
Otro aspecto delicado de la dimisión de Aguilar tiene que ver con lo expresado en la nota de renuncia, donde cuestiona “la errática y contradictoria política sanitaria del gobierno nacional puede afectar seriamente la situación de la pandemia”. Una definición como esta, resquebraja la relación entre Nación y Provincia ya que desde Gobernación o desde el ministerio de Salud Pública de Salta, nunca se hizo tal señalamiento.
Ante esto, resta preguntarse si Aguilar renunció indignado o sólo se está metiendo en una discusión política e ideológica inconducente y que poco aporta a la reflexión sobre la gesta del líder social, político y militar que encarnó Güemes en la historia de Salta.