Mientras la segunda ola de coronavirus comienza tornarse virulenta conforme pasan los días y a un mes de la llegada del invierno, en la comunidad educativa comienza a replantear con firmeza si es conveniente o no mantener la presencialidad.
En Vaqueros, docentes cortaron ruta y labraron un acta para comunicar ausentismos hasta tanto se avance con la vacunación. En Metán, se reactivó el grupo asambleario de Docentes Autoconvocados y resolvieron suspender las clases.
El Carril es otra localidad donde crece la preocupación, la cual se convierte en desesperación de a ratos porque además de ser junto a Chicoana uno de los departamentos en rojo, el sistema sanitario (público y privado) es deficiente y tiene dependencia directa con Capital.
Otro tanto sucede en Rosario de la Frontera, también donde el brote se muestra descontrolado y a pesar de que hace 5 días se endurecieron las restricciones, los contagios no ceden. Ante esto, directores de colegios secundarios y primarios pidieron formalmente al COE municipal la suspensión transitoria de la presencialidad, teniendo en cuenta que el sistema de burbujas ya estaba quebrado y el incremento de los casos a los que no son ajenos.
El COE municipal de Rosario, trasladó la petición al COE provincial y la respuesta de Aguilar fue un no rotundo. En la Ciudad Termal, argumentaron que a pesar de ser una ciudad con más de 35 mil habitantes, el sistema sanitario no cuenta más que con un limitado hospital público y ninguna clínica privada, a lo que se le suma el estar a más de 200 kilómetros de Salta Capital.
Paralelamente, hay padres que en diferentes puntos de la provincia están resolviendo por decisión personal, no enviar a sus hijos a la escuela.
En Francisco Aguilar se concentra una decisión tan elemental que no parece conveniente que todo quede en manos de una sola persona.
Recientemente, el ministerio de Educación, en voz de la Secretaria de Gestión Educativa, dejó en claro que la decisión la toma el COE, un organismo que no parece tan colegiado como lo fue en su momento, sobre todo porque su integración responde políticamente al oficialismo casi en su totalidad, luego del pase de la diputada Gladys Paredes al saencismo.
A esto se le suma la llamativa delegación de poderes que el Gobernador le dio al médico que pareciera buscar una versión local de la pulseada de Rodríguez Larreta para sostener la presencialidad a como dé lugar.
El otro factor inconfesable –y ciertamente incómodo- pareciera ser el que ata la presencialidad con la realización de las elecciones el 4 de julio, es decir que una eventual suspensión obligaría a replantear la fecha de los comicios provinciales.