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lunes, marzo 17, 2025

La inundación en Rosario de Lerma tiene responsables

Bastó una lluvia intensa para que Rosario de Lerma se convierta en un calvario. Calles transformadas en río, rutas “comidas” por el torrente, el sistema de presurización destruido, todos elementos que dejan en evidencia un abandono crónico por parte del gobierno provincial. No es un mero «desastre natural».

De noroeste a sudeste, el agua bajaba como río desde Rosario hacia La Merced y Cerrillos, afectando rutas, campos y barrios. En el medio los sistemas de desagües no funcionaron, taponados por los años y el nulo mantenimiento de intendentes y del gobernador. La mancha urbana ha crecido en esta y otras zonas y no fue acompañada por infraestructura; los barrios de la Salta de Urtubey se acercan más al asentamiento regularizado que a un barrio planificado. El presupuesto de obras públicas sigue estancado al nivel del año pasado y nuestro gobernador no consigue fondos a pesar de su seguidismo al presidente.

Por otra parte, incluso en los temas que acaparan la atención de nuestros funcionarios, como el sistema de presurización de riego, tampoco hubo buenos resultados sino una catástrofe: la costosa obra, que apunta a beneficiar a poco más de 300 finqueros del área tabacalera del Valle de Lerma, fue duramente golpeada. El tramo de cañerías que se extiende desde Camino a Los Vallistos hasta La Merced, quedó destruido y a cielo abierto. Los lugareños de la zona del Camino a Berruezo y Camino a Los Vallistos (La Merced-Cerrillos) contaron que antes que se realizaran estos trabajos la zona no se inundaba como ahora. También apuntaron a que en fincas ubicadas en las zonas más elevadas, límite con Rosario de Lerma, se desviaron los cursos de agua hacia el camino que desemboca en pleno corazón del pueblo de La Merced.

Juan Ángel Pérez, intendente de La Merced, denunció «que la obra de Ceosa del canal presurizado para el sector tabacalero sigue dando problemas en La Merced». Explicó que los caños del sistema de riego terminaron siendo arrastrados por el agua varios kilómetros. Pérez advirtió que levantará unos metros el camino de los vallistos sin importar que se inunden los finqueros, con tal de que el agua no llegue al pueblo.

Así terminó Rosario en la primera gran lluvia de la temporada. Es que a diferencia de las personas, los políticos y la prensa cómplice, el agua no perdona y saca a flote las miserias de la gestión. Rosario es el retrato de la falta de planificación en diez años de urtubeismo.

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