Ema Paredes (59) llegó de Mendoza a visitar la imagen de Rosa Mística.Hace 26 años que sufría arritmias severas y la iban a operar. Ya ni toma remedios.
En Metán siguen conmoviendo los testimonios de personas que llegan con distintas dolencias y enfermedades y que aseguran haber sido curadas milagrosamente por la denominada Virgen que Llora.
Se trata de una imagen de yeso de Rosa Mística, de unos cincuenta centímetros de altura que se encuentra en la casa de la familia Frías – Mendoza, en el barrio Marco Avellaneda de esta ciudad.
El living de la humilde vivienda de Rosana Mendoza y de Antonio Frías se convirtió en un improvisado santuario y está lleno de velas y ofrendas. La Virgen lloró lágrimas que parecen sangre por primera vez el pasado 5 de abril. Desde ese momento, a diario, llegan personas a visitarla para pedirle favores, sanaciones y milagros.
Ema Beatriz Paredes es una pensionada de 59 años, que nació en Jujuy, pero reside en Mendoza desde hace 33 años. Es madre de cinco hijos y relató que a los 36 años comenzó a padecer problemas cardíacos.
“Tenía arritmias permanentemente, que se fueron agravando con el paso de los años y me impedían hacer una vida normal, porque no podía caminar mucho porque me agitaba. Me hicieron estudios y tomaba medicamentos”, dijo Ema, quien llegó nuevamente a Metán para agradecer a la Virgen.
Incluso detalló que en diciembre del año pasado su cardiólogo había hablado con dos de sus hijos a quienes les advirtió que el problema coronario había avanzado. El profesional les adelantó que la iban a tener que operar y que debía seguir un tratamiento porque de lo contrario podría sufrir un infarto severo.
“Me iban a operar para colocarme un catéter. Además mi médico me prohibió viajar, pero yo decidí venir a Metán en abril pasado, porque los familiares que tengo acá me dijeron que estaba llorando una Virgen”, remarcó la mujer.
La misteriosa sanación
Paredes llegó el 22 de abril pasado a esta ciudad y ese mismo día fue a visitar a la pequeña imagen de Rosa Mística, que derramó lágrimas que parecen sangre en varias oportunidades desde entonces.
La última vez que se produzco el tan extraño como sorprendente suceso fue el sábado 29 de julio y por eso el rostro de la virgencita quedó claramente manchado de rojo.
“Cuando fui a ver a la Virgen había mucha gente. Entré a la casa de esa familia y con una mano toqué la imagen y a la otra me la puse en el pecho para pedirle por mi salud. Le pedí que me aliviara de esos dolores que sufría desde hacía tantos años y ella me concedió el milagro”, dijo emocionada.
Las fuertes puntadas en el corazón y las arritmias cesaron. Incluso Ema ya no toma medicación y puede caminar bastante sin agitarse. “Esa noche me sentí aliviada, pude dormir muy bien, parecía que nunca había tenido problemas en el corazón. Ahora yo siento que está funcionando muy bien. No tengo más dolores y hago una vida normal. Agradezco a la virgencita este milagro y que no me hayan tenido que operar. Por eso vengo dese ese momento todos los meses a agradecerle el favor concedido”, remarcó Paredes.
Indignación del párroco
Pero por otra parte, la pensionada dijo haber quedado indignada luego de concurrir a misa el fin de semana pasado a la parroquia Señor del Milagro de Metán. “Me molestó mucho y me sentí mal cuando el sacerdote dijo que todos van a ver a la Virgen que llora porque dicen que hace milagros y que se van para allá a rezar cuando tendrían que venir a la iglesia”, comentó.
“Justamente, yo considero que esta Virgen llora por las injusticias que ve en cada uno de sus hijos, porque están perdiendo la fe”, señaló Ema Paredes.
Tomaron muestras
Por otra parte, Rosana Mendoza, la dueña de la imagen, confirmó que ya se tomaron muestras de las lágrimas que derrama la Virgen Rosa Mística que tiene en su casa, para ser sometidas a estudios de laboratorio y determinar qué es el líquido que mana de sus ojos.
“Yo no le conté a nadie esto, pero vinieron cuatro personas con traje negro y camisa blanca y sacaron las muestras. Me dijeron que eran de la Iglesia Católica. Tenían unos aparatos que colocaron en una mesa para poder trabajar. Luego se fueron, pero antes me dijeron que iban a volver”, relató Mendoza a El Tribuno.
Este es el segundo testimonio milagroso
María Luisa Velis, tiene 46 años, es madre de cinco hijos y esposa del excombatiente de Malvinas, Carlos Bruno Delgadillo. La mujer vive con su familia en el barrio San Martín de Metán y aseguró que la Virgen que llora la curó de un cáncer.
María Luisa comenzó a tener problemas de salud en 2012. Le sangraba el oído izquierdo. En principio la trataron por una supuesta otitis y la medicaron para controlar el sangrado.
“El 6 de enero de este año me volvió a sangrar el oído. Fui con mi esposo a Salta a capital a hacerme estudios, y me hicieron un tratamiento porque estaba inflamado. Luego una tomografía mostraba que tenía un tumor en la cabeza y llegaba al oído medio, estaba tapando el nervio facial”, le dijo Velis a El Tribuno.
Con las copias de los estudios en mano la mujer demostró la situación que atravesaba. Le hicieron una biopsia y en las pruebas se desmayó. Le dijeron que el tumor, de ocho centímetros, era maligno.
La mujer también viajó a Córdoba donde la iban a operar, pero le advirtieron que iba a sufrir graves secuelas. “Regresamos a Metán. Recuerdo que en abril, cuando hacía una semana que estaba llorando la Virgen, nos fuimos una tarde y yo bajé los brazos, la toqué, la mire y le pedí que salga bien la operación. Le pedí por mi salud, que me diera la oportunidad de ver a mis nietos crecer. Pero la Virgen me curó por completo. No me operaron y el tumor desapareció. Ahora hago una vida normal”, dijo la mujer agradecida.
Fuente: Adrián Quiroga El tribuno