En la sede de la Panadería Social de la Municipalidad de Salta, comenzaron trabajos de restauración de exteriores a través de reparación de los paredones y pintura.
En tiempos de crisis, todos saben, las prioridades se ordenan de acuerdo a las necesidades más urgentes.
En ese contexto, el incremento de la pobreza en Salta, con picos nacionales de pobreza infantil y con el dato concluyente de 3,2 millones de nuevos pobres en Argentina desde diciembre a la fecha, claramente la cuestión alimentaria está por encima de cualquier posteo de redes sociales con videos o fotografías en las que el maquillaje del intendente no desentone con los paredones de fondo.
Ocurre que en diciembre, a pocos días de asumir, el intendente Emiliano Durand dispuso un fuerte ajuste en la producción de la panadería social, afectando a comedores y merenderos comunitarios y reduciendo el servicio social tan solo para algunas escuelas.
Al mejor estilo Milei, el alcalde salteño se escudó en presuntas irregularidades para achicar y ajustar, en lugar de revisar, controlar y seguir brindando un servicio tan elemental como poner el pan en la mesa de niños y niñas pobres de Salta.
Lamentablemente, lo obvio no es entendido así y el reducido presupuesto se lo destina a la fachada de un inmueble que debe lucir en mejor estado en su exterior para maquillar sus mezquindades internas. (SDF)