El gobierno nacional, por razones de “soberanía sanitaria”, se desvinculó de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Milei la acusó de la “ideóloga de la cuarentena cavernícola” durante la pandemia.
* Por Rodolfo Ceballos
La OMS promociona, coordina planes y programas de cobertura sanitaria de forma integral tanto a nivel nacional como provincial.
A través de su organismo regional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se hace presente en el sistema federal del país, otorgando un presupuesto de 8,2 millones de dólares para el 2025. El año pasado la OMS colocó a disposición del Ministerio de Salud de la Nación 7,6 millones de dólares. Este presupuesto, de ahora en más, faltará para seguir con las acciones planificadas en salud pública.
Puesta la lupa en el impacto de romper la alianza con la OMS las políticas argentinas de salud mental tendrán tres problemas:
1) no se financiarán ni se sostendrán con logística algunos programas sanitarios estrellas de la organización. A través de la OPS, deberá improvisarse cómo se sigue con la falta de oportunidades técnicas y profesionales para los trabajadores de la salud mental (hay un programa en plena ejecución llamado Oportunidades de Capacitación);
2) se rompe también con el Programa Participación en Redes Internacionales, lo que afectará la calidad y actualización de las prácticas de salud mental. Podría ocurrir que Argentina ya deje de innovar nuevas técnicas en la atención de la salud mental con enfoques en los derechos humanos y basadas en la evidencia científica.
Argentina con apoyo técnico de la OPS elaboró el Plan Nacional de Salud Mental 2021-2025 que tiene como objetivo fortalecer los sistemas y servicios en salud mental. Incluye acciones estratégicas en todo el país. Para asegurar el objetivo del plan, doce provincias, incluida Salta, se comprometieron a ampliar el acceso a la demanda en salud mental, respetando la calidad de las mismas, los derechos humanos de los usuarios del sistema y la vigencia de la ley nacional de Salud Mental 26.657. Ninguna cumplió con lo prometido.
Por su parte, Salta nunca defendió tenazmente la Ley de Salud Mental, redactada con asesoramiento de la OMS. La provincia organizó un programa de atención al suicidio, necesario en adolescentes, por ejemplo. Utilizó los paradigmas técnicos de la OPS, uno de ellos es el Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental.
La idea es aumentar la cobertura de intervenciones clave en sufrimientos mentales específicos, sobre todo en situaciones sociales donde el ingreso de las personas es bajo o mediano. Fue implementado en más de 90 países y se ha traducido a más de 20 idiomas, lo que demuestra la relevancia de la OMS para coordinar su efectividad a nivel global.
La implementación capacitó a profesionales, bajo los parámetros de la OPS, se utilizaron manuales impresos por la organización y debió usarse herramientas metodológicas precisas para el trabajo comunitario.
Ahora habrá que seguir innovando y atendiendo a los usuarios. Todo se hará por nuestra cuenta y, como canta el Indio Solari: a “brillar mi amor” … claro, sin el soporte de la OMS y la OPS.
* Rodolfo Ceballos es periodista, psicólogo, especialista en salud mental.