El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, sellaron una alianza; luego de gastar toneladas de dinero en su campaña presidencial el mandatario salteño quedó como segundo violín ¿De dónde salió el dinero para financiar la frustrada campaña presidencial? ¿Del Estado salteño? ¿De su propio bolsillo? ¿De organismos internacionales?
El espinoso tema despierta largas discusiones. ¿Es posible que el ciudadano conozca quién financia tamaña campaña presidencial? Algunos dicen que es imposible calcular con exactitud y que se trata de uno de los insondables secretos de los triunfos electorales. Otros, en cambio, si bien aclaran que no se puede indicar una cifra exacta ni identificar todos los aportistas, sí es posible tener un estimativo.
Medios y cartelería
En los últimos años, se lo vio más preocupado por instalar su figura que por los problemas internos de la provincia, donde casi nunca se lo encuentra.
Eso es indudable: en el período 2016-2018 fueron incontables las notas en los principales diarios, radios y programas de televisión, incluso estuvo en los más importantes: en el living de Susana Giménez, en la mesa de Mirtha Legrand, en Animales Sueltos, con Novaresio e incluso trayendo a equipos de programas de tv completos a Salta y no se debe olvidar que participó en dos oportunidades en la apertura de Showmacht, siempre acompañado por Isabel Macedo.
Ya su boda fue un evento de la farándula nacional y la imagen de una familia esplendida se proyectó por fuera del mundo político; así su vida sentimental fue tomada como un tema más de agenda para la “prensa del corazón” y revistas como Caras lo pusieron en tapa.
Pero si creíamos haber visto todo el espectáculo de Urtubey, nos equivocamos y este año el mandatario nos ofreció material de sobra. Apenas iniciado el 2019 lanzó su candidatura con una exposición recargada, principalmente por la costa de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Y todo esto acompañado con una imponente cartelería: solo en rutas bonaerenses cubrió 10 mil kilómetros y en Mar del Plata lo intimaron ante tanto despliegue ilegal. Según informó Infobae: “El método de instalación en el territorio es el mismo de Cambiemos en 2013 con Gabriela Michetti y el que usó, con éxito, María Eugenia Vidal dos años después. En total son 1275 pasacalles con los que cubrieron 9500 km y 90 localidades”.
Su semblante sonriente, además, se puede ver en colectivos que circulan por el gran Buenos Aires y en monstruosas gigantografías al costado de la Panamericana.
Lógicamente que todo lo mencionado tuvo una preparación cuidada y no fue gratis.
¿Quién está a cargo?
Cuando hablamos de campaña ineludiblemente tenemos que hacer referencia a Juan Pablo Rodriguez, quien asesora al gobernador respecto a dónde apuntar los cañones. El ex ministro de Gobierno, que ahora vive en Buenos Aires, es el “armador” de Urtubey, aunque para darle una función formal aparece en el Boletín Oficial como “delegado de la Provincia en Capital Federal”.
Sin embargo su cuenta de twitter lo deja en evidencia: pues no hace más que replicar las publicaciones de su jefe. Su rol, en rigor, es seguir el trabajo de las consultoras contratadas, algo que si bien conoce de cerca (ya que se trata de empresas que vienen trabajando junto a él desde varios años atrás) necesita una dedicación exclusiva. Mauro & Estomba es la principal y fue contratada para manejar integralmente la relación con los medios nacionales. La consultora tiene la tarea de desarrollar una “campaña de prensa para el posicionamiento de la provincia, su oferta turística, su potencial productivo, y sobre los diferentes ámbitos de la gestión del gobierno”. Junto a Quintana S.A. son de las empresas dedicadas a la comunicación política que más facturan a la provincia.
No solo tiene a consultores que lo relacionan con los máximos referentes del periodismo sino también que contrató a Antonio Solá, considerado el Durán Barba español, especialista que cotiza (para nada barato) en el mercado de la comunicación política, que trabajó con gente de abultada billetera como De Narváez y Sergio Massa. Desde el año pasado, Solá se reúne una vez al mes con Juan Manuel Urtubey para supervisar el trabajo de un equipo interdisciplinario repartido entre la ciudad de Salta y Buenos Aires que tiene a cargo la misión de levantar su imagen.
Con todo esto, es Juampi Rodriguez, el hombre de confianza del gobernador, el estratega principal en estos aspectos. Maneja, además, la Casa de Salta, lugar que se ha convertido en su centro de operaciones.
¿Quiénes financiaron hasta aquí?
Las diversas versiones circulantes apuntan a dos lados. En primer lugar a los fondos estatales. En ese sentido, los que apoyan al gobernador (sin querer) son los salteños. Es que cada vez que sale una promoción turística de la Provincia por el país, Urtubey se autoincluye como un atractivo más, junto al Tren de las Nubes y la Cuesta del Obispo. Así es que lo vimos en las costas de Mar del Plata este verano, hablando más de por qué él debe ser presidente, que de las bellezas de su provincia. La Secretaría de Comunicación bajo la denominación «Turismo» paga cifras millonarias a medios nacionales; además de esta maniobra, tiene a su disposición el avión oficial de la provincia, que es utilizado en promedio cada 3 días, lógicamente, para las clásicas tareas de campaña (realización de cenas, actos políticos, salidas en medios, etc).
No solo eso: también, cuenta con un ejército de empleados provinciales que son utilizados para reforzar la campaña, tal como quedó de manifiesto en el acto de lanzamiento en el Centro de Convenciones. A esto se debe agregar los casi 300 millones que utilizó en 2017 para blindar su imagen en medios provinciales y los casi 15 millones gastados solo en 2015 en medios nacionales. Hoy esa cifra sería 3 veces más alta.
Otros advierten que Urtubey supo ganarse la simpatía de la Embajada de Estados Unidos. En ese sentido, varios dirigentes peronistas off the record, afirman que parte del impulso del mandatario proviene de ese lado. La Salta de Urtubey se volvió cada vez más norteamericana; esto es indudable, al menos en la relación con la DEA, institutos de formación y la Embajada. Ni siquiera el propio Juan Manuel lo niega.
Años atrás, cabe recordar, salieron a la luz los informes secretos de la diplomacia estadounidense revelados por Wikileaks. En uno de los cables filtrados por los ciber activistas, se descubre la existencia de un grupo “confidencial” de dirigentes al servicio de la Embajada yanqui, que tiene como uno de sus principales integrantes a Juan Manuel. Según el cable conocido, desarrollan un “trabajo en conjunto y secreto” para construir una “agenda en común para el mediano plazo” (Ámbito Financiero 5/9/11). Por donde se analice aparecen vínculos con los Estados Unidos
La necesidad de tener dirigentes para controlar el país de acuerdo a sus proyectos no es propiedad exclusiva de Estados Unidos sino que también hay importantes empresas relacionadas. En ese sentido, se inscribe una fundación que nuclea casi 200 políticos de todo el país, entre los cuales se encuentra el gobernador y 8 salteños más, entre los que se puede destacar su posible sucesor, Fernando Yarade. Se trata de la Red de Acción Política (RAP) que se dedica a la formación de la dirigencia en Argentina y que es auspiciada por embajadas, multinacionales, grandes bancos privados y empresas de la talla de Coca-Cola, J.P. Morgan, Barrick Gold, IBM, Microsft, Arcos Dorados (McDonald´s), Ledesma, Telefónica, AGD, Pampa Energía y los bancos Hipotecario, BBVA Francés, Galicia, HSBC y Santander Río.
Los montos vistos en otras campañas serán menores en relación a la que ya empezó y que promete ser la más cara de la historia. Observar lo que gastó Urtubey es equivalente a ver como se mueven montañas de dinero, mientras gobierna una de las provincias con índices de pobreza y exclusión más altos del país.
Tanta plata que gastó tendría que ser un escándalo y más cuando no le sirvió para mucho. Ahora será el vice de un candidato que mide poco y nada.
Mariano Arancibia
