Tras la reunión entre el ministro del Interior Wado de Pedro y los referentes de la oposición, el Congreso analizará un borrador en el que se propone posponer el calendario electoral un mes después de lo previsto. En Salta, aún no hay definiciones al respecto y tampoco una ronda de diálogo.
Se largó este jueves en el Congreso de la Nación la conversación formal entre el oficialismo y la oposición sobre el eventual corrimiento de las PASO y las elecciones generales, en medio del contexto de pandemia y comienzo de la segunda ola de casos de coronavirus en Argentina.
La cita reunió al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, con los jefes de los bloques de Juntos por el Cambio Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan Manuel López (CC-ARI). Por el oficialismo estuvieron presentes en el Salón de Honor el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, y las diputadas Cecilia Moreau y Cristina Álvarez Rodríguez. El jefe del bloque Frente de Todos, Máximo Kirchner, se encuentra todavía aislado por haber sido contacto estrecho del presidente Alberto Fernández.
Al finalizar el encuentro, De Pedro confirmó que este viernes al mediodía el Gobierno enviará un borrador de proyecto de ley proponiendo la postergación un mes: las PASO para el 12 de septiembre -actualmente están fijadas el 8 de agosto- y los comicios generales para el 14 de noviembre -estipulados para el 24 de octubre-.
El funcionario argumentó que agosto es uno de los meses donde “hay muchas enfermedades respiratorias” y “existe un nivel de muertos tradicionalmente por estas enfermedades”. “Sería óptimo empezar a discutir el corrimiento de la elección por lo menos un mes. Estamos hablando de un mes más de vacunación en Argentina, lo que es importantísimo”, enfatizó.
“El compromiso del Gobierno nacional, por indicación del presidente, es tratar de consensuar y buscar la mejor forma de resolver un proceso electoral en la pandemia”, agregó.
Cómo afrontar los embates
Con una oposición fragmentada como la del Frente de Todos en Salta, que además sus propios integrantes admiten la falta de liderazgo, ese sector político ejerce desde enero una incesante presión política hacia el oficialismo por la fecha elegida por el Gobernador para las elecciones provinciales.
En la mesa chica del Grand Bourg parece más importante definir la interna oficialista electoral que el calendario. En cualquier caso, un costo político tal como tener que ir a votar en plena cresta de la segunda ola, recaerá fundamentalmente sobre el oficialismo provincial.
Para ello, es que aparece como un salvoconducto iniciar una instancia de diálogo político con la dirigencia partidaria que funcione como antesala de un debate en la Legislatura. De ese modo, el trance de una situación sanitaria tan incierta y amenazante, podría encontrar una luz.
No obstante, lo que está claro es que el problema se presenta toda vez que para el Gobierno provincial, unificar la fecha de elecciones terminaría forzando a rediseñar la estrategia electoral por sus lazos estrechos con los sectores políticos más grandes: el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.