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miércoles, febrero 19, 2025

Aguilar, garante de la prepotencia del gauchaje tradicionalista

¿Hace mucho calor para usar poncho en noviembre? Aparentemente sí. Al menos no se conocen mejores argumentos que ese si no se quiere pensar que la prepotencia que lleva a desconocer las recomendaciones sanitarias por parte de Francisco Aguilar y sus seguidores tradicionalistas gauchescos.

La noticia sobre el desfile gaucho del próximo 8 de agosto se fue conformando como las últimas decisiones trascendentes, de a poco y con versiones extraoficiales que luego se fueron confirmando. Incluso se llegó a fraguar una reunión del COE que nunca se realizó, pero en la mañana de este martes 6, la realización del desfile una semana antes de las elecciones, es un hecho consumado.

Es claro que la visita “sorpresiva” del gobernador, fue tomada como un aval explícito para que los gauchos se animen a desobedecer la recomendación profesional, científica y sanitaria de una marcha en primavera.

Todo parece orquestado hacia el beneplácito de “los Franciscos” (Aguilar y Aráoz), hombres de importantes relaciones sociales que retoman una tradición para ellos más valiosas que la gesta de Güemes: que nadie en Salta (ni siquiera el Gobernador) les diga lo que deben hacer ni tampoco cuándo.

Tras la asamblea del sábado, a la que asistió Gustavo Sáenz, se supo que la resolución de la misma fue marchar el domingo 8 de agosto, una semana antes de las elecciones y en un mes en la que desde hace tres décadas, las fiestas de la virgen de Urkupinia son cada vez más convocantes, con lo que bien vale preguntarse con qué autoridad se prohibirán esas celebraciones socioculturales.

Garante

En su partida, el saliente presidente del COE, Francisco Aguilar, se da con el gusto de no alejar tanto la manifestación de la fecha inicial. En definitiva de que sea la influyente Agrupación Tradicionalista la que fije la fecha, o como se dijo, que se imponga en la pulseada.

A tal punto fue así que la supuesta reunión del COE informada por medios oficialistas no ocurrió. No hubo ninguna reunión que autorice la marcha ecuestre del 8 de agosto. En definitiva, una reunión del COE en la que el el organismo se contradiga a sí mismo y a una resolución de junio cuyos fundamentos siguen vigentes, hubiera resultado un escándalo.

El mensaje, en consecuencia, es negativo. Le resta autoridad moral al Gobierno y termina de confirmar que tanto Don Francisco Aráoz como Don Francisco Aguilar, actuaron siempre en tándem.

(R.A.)

 

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