En el Juzgado Federal de Orán, mientras Raúl Reynoso fue juez, se vivía “un clima normal”, dijo el empleado judicial Elio Garrido, al declarar ayer en el juicio al ex magistrado acusado de integrar una asociación ilícita que beneficiaba a personas vinculadas al narcotráfico a cambio de pagos en efectivo u otros bienes.
Garrido fue quizás el testigo más destacado en un día en el que también declaró el ex funcionario judicial Luis Filtrín, entre otros testigos ofrecidos por la defensa de Reynoso.
Interrogado por el ex juez, Garrido dijo que nunca escuchó comentarios o rumores sobre coimas en ese Juzgado. También afirmó que el trato de los trabajadores con Reynoso era el corriente, y en las reuniones no había nada extraordinario.
Por preguntas del fiscal federal Carlos Amad, Garrido contó que ingresó al Juzgado Federal en 2014 por indicación de su padre, el gendarme Gerardo Garrido, quien era custodio en el Juzgado y era considerado hombre de confianza de Reynoso.
Elio Garrido, quien cursó hasta tercer año de abogacía, dijo que presentó su currículo en varios lugares, entre ellos el Juzgado, y tras una entrevista con el entonces juez comenzó a trabajar en el Juzgado.
La audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo, 3 de septiembre, a las 8:30, cuando seguirán declarando testigos propuestos por la defensa de Reynoso. Aún restan unos 50 testigos.
Además del ex juez, están siendo juzgados los abogados Ramón Valor, Arsenio Eladio Gaona, René Gómez y María Esper y los ex empleados judiciales Miguel Ángel Saavedra y Hugo César Aparicio, y la hermana de este, Candelaria Aparicio.
Fuente: Nuevo Diario