En economías con altas tasas de inflación, más de un dígito porcentual al año, es muy común que la carrera entre los salarios de los trabajadores y los precios de las empresas, siempre la ganen los “poderosos”, porque tienen la gimnasia para que el valor de sus productos “suba por el ascensor”, mientras que las remuneraciones, que usualmente se acuerdan en paritarias una vez por año, y con ajustes parciales, avanzan más lentas, de a escalones.
Sin embargo, pese a que en la Argentina persisten aumentos de precios a ritmo de dos dígitos al año, en el Ministerio de Trabajo aseguran que “desde marzo, o abril, tanto en el promedio como en la mediana de los sectores, la estadística que se elabora con datos del Sistema Previsional Integrado Argentino (SIPA) empezó a registrar un aumento de los salarios por arriba de la inflación”.
Así lo reveló José Anchorena, el subsecretario de Estadísticas, Estudios y Políticas Laborales, al dar a conocer los datos anticipados de la “Situación y Evolución del Trabajo Asalariado en el sector privado”, quien dijo que “en mayo de 2017 se registró una suba en términos reales de 4,5% en comparación con un año antes; y 2,5% en el promedio de los primeros cinco meses respecto igual tramo del año previo”.
No sólo eso, a partir de los datos que aportó el cierre de la mayor parte de las convenciones paritarias, altamente concentradas para el período del segundo trimestre de 2017 a igual tramo de 2018, que incluye a los 23 mayores gremios que en conjunto representan a más de 3,5 millones de trabajadores, José Anchorena proyectó con la ayuda del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, que “el salario real mantendrá una brecha positiva respecto del alza de los precios al consumidor, al menos hasta marzo o abril de 2018, dentro de un sendero de aumentos descendentes, por efecto de la desinflación”.
Al respecto, el subsecretario de Estadísticas, Estudios y Políticas Laborales destacó que “la serie de salarios básicos de convenio sigue bastante bien el ritmo de aumento del promedio y mediana (el valor de ingreso, o variación, que divide en partes iguales al universo relevado) de las remuneraciones que surge del SIPA”.
Y agregó, “ahora la diferencia con el pasado radica en que tanto los precios como los salarios van camino a registrar variaciones interanuales menores al 20%, por la desinflación, por primera vez desde la crisis de 2009, pero más marcada en el valor de los bienes y servicios que en el de las remuneraciones”.
Además, en Trabajo perciben que la combinación de recuperación de los salarios con la reanimación de la actividad productiva determinará un aumento de la masa salarial de las empresas. Ese fenómeno se manifestará en la recuperación del consumo.