22.5 C
Salta
lunes, septiembre 9, 2024

Una sociedad rehén de la falta de ética y moral

En cuatro años se quebró una relación entre la clase política y la población que no se limita solamente a la falta de representatividad, sino también, a la condena social de quienes ven como los que ejercen el poder lo celebran desde las prácticas de lo anti ético y lo inmoral.

La fiesta en Olivos en plena pandemia, el vacunatorio VIP, el diputado nacional por Salta que besó los senos de su novia en plena sesión legislativa, el escándalo de Martín Insaurralde con un yate privado y gastos millonarios y, por último, la grave denuncia de la ex primera dama, Fabiola Yañez, sobre el ex presidente Alberto Fernández por maltrato y terrorismo psicológico.

En una sociedad mediatizada a través de las plataformas digitales que se convierten en las principales fuentes de circulación de la información, inclusive para los medios tradicionales, las imágenes de la obscenidad política esmerilan aún más el fuerte rechazo de una población que se siente cautiva de quienes deberían honrar el designio de la representatividad.

En el triunfo de Javier Milei en la elección presidencial del 2023, se multiplicaban los comunicados y las cartas abiertas en preocupación por el ascenso de sectores que denostaban la clase política tradicional o los cimientos de las estructuras de participación partidaria. Así, pregonaban que la Nación “estaba en peligro”, mientras tanto se exponían de forma masiva los privilegios de quienes predicaban un doble discurso.

¿Cuál es el valor de la palabra en este contexto? Sin duda, los hechos acontecidos demuestran que la opinión pública se aleja cada vez más de la política tradicional. ¿Qué pueden decir aquellos que viven de lujos y gastos exorbitantes mientras el pueblo se hunde en la pobreza? ¿Cómo intentar convencer y establecer nuevas propuestas cuando se practica la política de forma hipócrita subestimando a cada ciudadano?

La Revolución Francesa, y el fin del Antiguo Régimen, marcó el final de una monarquía absolutista que ostentaba privilegios y que sostenía su poder sometiendo al pueblo. ¿El desenlace? El surgimiento de un nuevo orden social y político con nuevos actores que decidieron poner fin a la subordinación y a la indiferencia de una clase monarca que gobernaba sobre las mayorías.

A pesar de las murallas y la custodia, las pompas suntuosas del Palacio de Versalles eran bien conocidas en París a fines del S XVIII. Hoy son los propios dirigentes quienes muestran desde la vanidad sus privilegios ante una Argentina donde la pobreza no para de crecer.

¿Estaremos asistiendo a un profundo cambio de paradigma político en Argentina? Es probable, aún si no se empatiza con el gobierno libertario. Milei, en gran parte, es el resultado de personas que están hartas de sentirse defraudadas en el voto de confianza.

Un castigo a una clase política que reproduce, sin pudor, el mal hábito de creerse impune.

Más Leídas
Noticias Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí